Ruta en tren de Carcross al Lago Bennett para iniciar la Ruta del Chilkoot

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Hoy empezamos a recorrer la ruta del Paso del Chilkoot, por el lado canadiense. La parte estadounidense está cerrada (en 2023), debido a que unas inundaciones han echado abajo varios puentes del camino. Como no se puede recorrer la ruta completa, vamos a subir hasta el collado y a bajar de nuevo por el mismo camino. Menos es nada.
Comenzamos desde Bennett, que en realidad es la última etapa si se realiza la ruta en su sentido habitual, de Estados Unidos a Canadá. Para llegar allí, nos acercan en furgoneta a Carcross, donde nos montamos en un tren que nos lleva hasta el inicio.
Carcross es una pequeña población canadiense, y la última etapa de la Ruta del Yukón en tren. La ruta parte de Skagway, en Alaska, la población al nivel del mar desde la que habríamos iniciado la Ruta del Chilkoot si no hubiera estado cerrada esa vertiente.
El tren se construyó tras la aparición de oro en el Klondike. La fiebre del oro atrajo a miles de buscadores, que entraban en el Yukón a través de dos puntos: el Paso de Chilkoot o el White Pass. Este tren se construyó aprovechando esa fiebre, y se planificó para cruzar a través del White Pass. Tras superar muchísimos problemas logísticos y económicos, en 1900 acabó llegando a Carcross. Poco duró el negocio, porque la fiebre del oro acabó casi enseguida. Hoy el tren sobrevive como atracción turística.
El interior del tren está muy bien conservado, en plan antiguo. Es agradable. Solo viajaremos hasta la siguiente estación, Bennett, desde la que iniciaremos el camino. El recorrido rodea el lago del mismo nombre.
Los demás viajeros suelen ir hasta el final, pero en esta estación el tren se detiene un rato para que la gente salga y dé un paseo por el inicio de la ruta.
Durante el viaje, el conductor va avisando por megafonía si descubre algún oso, para que tengamos la oportunidad de verlo al pasar. Avisó tres veces, pero solo pudimos ver uno en una ocasión. Yo no lo vi, pero alguno de mis compañeros sí.
No es que sea un viaje muy emocionante, pero tampoco dura demasiado y no se hace excesivamente pesado.
Finalmente, acabamos llegando a Bennett, donde nos bajamos, cogemos los petates y nos ponemos a caminar hacia el Chilkoot.

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