Cueva - Pico del Cielo Round Trip

Hoy sí que ha tocado subir al Pico del Cielo. No es que nadie me haya obligado, pero tenía ganas de subir todo solano y corriendo. En teoría iba a subir con Yannick (hermano de Frank y Dominique, con los que subimos mi cuñao Jose y yo hace dos años) y Fabrice, un amigo suyo, pero al final han decidido ir en familia por el Río Chíllar y a mi me ha ido de perlas, porque con ellos hubiese ido caminando, y al ir solo he podido ir a mi ritmo/rollo.
He disfrutado como un enano, sufriendo como un cabrón en la subida (sobre todo en los últimos 200 metros de desnivel que se hacen en sólo 600 metros) y sufriendo como un abuelete acojonao en la bajada.
La prueba son los 32 minutos que he tardado en recorrer el kilómetro y medio que separaba la cima del sendero de bajada al pinarillo, y que tenía que hacerla bajando por un despeñao por el que hasta las cabras montesas que hay por la zona van con los cojones de corbata.
Además, ese sendero no es precisamente una alfombra, sino que está lleno de pedruscos sueltos y zarzas, con lo que si le añadimos mi valentía, el resultado es que el ritmo de bajada ha sido bastante castañero, y mis piernas y brazos han quedado peor que si me hubiese atacado una manada de gatas en celo.
Además, como no he comido casi nada, y el casi un litro de agua que me he zumbao no ha sido suficiente para soportar toda la bajada con el sol casquero a la espalda, al final los ultimos kilómetros, que es donde se puede ir rápido, he tenido que ir regulando para llegar entero.
De todas formas, el año que viene trataré de asegurar de antemano el recorrido de bajada para al menos evitar tirarme media hora buscando el sendero, y poder ahorrarme ese tiempo.
Además, los sóleos/gemelos se han comportado como unos campeones. El hecho de tratar de impulsar con los cuadriceps en lugar de con ellos está dando sus frutos, lo que me hace pensar que el origen del problema era precisamente ese.