Glaciar Franz Joseph y Sentinel Rock

La zona del glaciar Franz Joseph sufrió, al igual que el resto de Westland, los efectos de un ciclón tropical la semana anterior, que provocó daños graves en infraestructuras importantes, como la carretera 6 o diferentes rutas secundarias. Sin embargo, al revés que en el caso del glaciar Fox, los daños no afectaron demasiado al glaciar Franz Joseph, lo que nos permitió visitarlo.
El nombre tan imperial del glaciar fue impuesto por el explorador austriaco Julius Haast, en honor del emperador de su país, pero los maoríes lo conocían como Ka Roimata o Hine Hukatere, por la leyenda maorí que atribuye su origen a las lagrimas derramadas por una joven que perdió a su amante al caer desde uno de los picos.
No hay nada, que hayamos percibido al menos, en la senda de acceso al mirador del final del glaciar, que pueda suponer un riesgo de caída con resultado semejante, pero el hielo del glaciar se ve altamente fragmentado, con gran número de grietas, por lo que caminar sobre el hielo sin un guía cualificado acompañante sí supone un alto riesgo. Así que lo único que queda es ver el glaciar desde un helicóptero, nada barato pero con vistas increíbles del campo de hielo de origen, o conformarse con el sendero de acceso.
Es posible llegar en coche, existiendo un aparcamiento que se llena pronto, hasta el origen del sendero que conduce al mirador, pero también es posible acceder al sendero por otro sendero que llega desde el pueblo, aunque ello representa una caminata de aproximadamente 1 hora para la ida, e igual para la vuelta.
El sendero de acceso atraviesa inicialmente un bosque subtropical, para después seguir el borde, o morrena lateral, del cauce por el que ahora circula un río alimentado por el agua de numerosas cascadas, y el propio glaciar. Hace varias docenas de años el glaciar llegaba hasta aquí, pero al igual que la gran mayoría de glaciares ha ido reduciendo su tamaño por el calentamiento progresivo y otros factores . La Sentinel Rock es un excelente mirador sobre esta parte del cauce.
En conjunto, este sendero es relativamente fácil de recorrer (aunque debe tenerse cuidado con posibles crecidas bruscas del nivel de agua en el río o sus afluentes, puesto que el sendero baja a nivel del río en varios puntos) y el paisaje es bellísimo. Los glaciares son uno de los destinos favoritos de los turistas que visitan Nueva Zelanda, y lo que hemos visto lo justifica. En ningún otro lugar del planeta existen glaciares que lleguen tan cerca del océano en latitudes similares. Así que, si va a Nueva Zelanda, vaya a verlo: merece la pena.